Ponza es una isla con encanto, guardada durante mucho tiempo como el destino privado de los romanos, hoy es el hallazgo de todo el que quiera descubrir la esencia italiana en vacaciones.
Su encanto tiene que ver con que es fácil de recorrer, la vida allí es slow, y el perfecto lugar para que una embarcación nos lleve a descubrirla.
Amar sus calles empedradas, sus
colores y su gastronomía siempre será el plan.
Nada se compara con descubrirla
desde el mar, allí los días pasan lentos, las playas y calas aparecen de repente y nos invitan a adentrarnos en lo desconocido.
Con algunos restos arqueológicos, una bohemia especula cuando cae el sol y sus acantilados nos invitan a descubrir sus numerosas terrazas donde el sunset tiene toda la magia.
Descubrirla y recorrerla en familia, como nosotras, en pareja o grupo de amigos con ese romanticismo tan característico de las islas de Italia, siempre es un buen plan.
PARA LLEVAR A ESTA ESCAPADA
Colores, conjuntos con caída, trajes de baños, mucho lino, canastos y sombreros de paja. Calzado cómodo, plano y algún toque de noche en un outfit siempre muy muy relajado.
Única consigna: descubrir el encanto de una isla accesible y muy slow hasta en plena temporada pero siemore con la premisa Nana: